Christian Dior Cruise 2015

La noche del miércoles pasado, Christian Dior nos sumergió en un viaje en ferry hasta Brooklyn NY, para presentarnos la colección crucero (colección pre-primavera) 2015. Alexander Wang fue el primero en no usar las carpas del Lincoln Center, ni Bryant Park para su presentación en la colección pasada, y en su lugar decidió mover a los presentes hasta la mítica ciudad de Brooklyn. En ese momento el caos del tráfico y el hecho que era la semana de la moda hizo que el show comenzara tarde y con la mayoría de editores y compradores corriendo bajo temperaturas congelantes con tal de apreciar el show de Wang.

Esta ocasión, la historia fue diferente, Simons tomó las precauciones del caso y rentó un taxi acuático (ferry) para trasladar a todos los asistentes hasta la locación del evento. Con Raf Simons siempre he tenido una relación amor-odio con la mayoría de sus colecciones, pero la primavera pasada y el invierno próximo fueron sus mejores colecciones hasta la fecha, para esta pre colección sin embargo siento que estaba presenciando su colección más aburrida desde que trabaja para Dior.

La colección estaba inspirada en el pañuelo que ocupan las mujeres francesas en el cuello, conocido como le carré (que Hermés contribuyó bastante al uso de este accesorio con la creación del estampado carré), y obviamente Simons con su ideología avant garde europea no lo iba a tomar literal. Vimos bastantes piezas deconstruidas y un juego entre rigidez y fluidez de las piezas. Simons explicaba que él quería reinventar el new look que se miraba tan rígido y hacerlo con telas que recordaran a las de los pañuelos carré.

En una revista española recuerdo que hablaban acerca de como Simons todavía se sentía tímido a experimentar en la mítica casa Dior, y con esta colección no puedo más que confirmar dicho estado. Sí hubo experimentación con estampados, encajes, deconstrucciones que fueron bastante acertadas y los últimos vestidos, que particularmente me transmitían una vibra a los vestidos de dos piezas de los 80s, 90s, fueron sus mejores aciertos. Vimos de nuevo su versión del new look en pantalones que han estado prácticamente en todas las colecciones hechas para la cada Dior, pero Simons no se mueve de allí, ha quedado estancado en querer hacer un minimalismo solapado por el exceso de estampados y técnicas que no me dicen nada todavía. Si yo extraigo de la colección total looks estos hablan por sí sólos, pero ya en conjunto es peor que un cubo de rubik a medio hacer.

Me encantó que incorporara piel (creo que es de pony) y también me encantaron sus maxi chalecos; así mismo los vestidos en amarillo y naranja que simulaban varios mini carré superpuestos fueron de lo más, y el vestido rojo naranja a media pierna con escote en V, junto con el abrigo en piel de ante (suede) en el mismo tono, son sin duda uno de los mejores acentos que tuvo la colección. En Julio próximo tenemos la colección de Alta Costura y espero infinitamente que me vuelva hacer creer en su aptitud para estar en Christian Dior, mientras tanto ahorita solo me puedo conformar con el sentimiento de "la gran colección que pudo llegar a ser".

El Ferry Dior